Teo va al proctólogo

Estaba yo contándome los pelos de los huevos y al llevar 376 y ver que aún quedaba bastante me he cansado y he intentado resolver por fin ese misterioso enigma de la humanidad que a tantos intelectuales y pensadores ha llevado de cabeza durante siglos y que hasta hoy no se conocía la solución. Tu estás vigilando un lobo, una oveja y una coliflor que no se coman entre ellos. Tienes que cruzarlos por un río con una barca. Eso sí, en la barca sólo hay sitio para dos. Puedes hacer los viajes que quieras, pero tienes que tener en cuenta que el lobo se come a la oveja y la oveja se come la coliflor. Es decir que no puedes dejarlos solos en ningún momento. ¿Cómo coño lo haces?

Pensadores del mundo, he hallado la solución...de nada:

1-Le metes una patada en los huevos al lobo que lo dejas tonto y sin ganas de comer una mierda.

2-Le metes un polvazo a la oveja por detrás, que vamos, que la trasquilas de golpe y la dejas extasiada y destrozada sin ganas de comerse la puta coliflor.

3-Te cagas encima de la coliflor para asegurarte que la oveja no se la coma.


Solucionado el problema, me he quedado pensando en lo estúpida y tonta que es la figura del lobo para el mundo, ya sea en enigmas, cuentos infantiles o turrón. No se le tiene respeto, pero es que hay que ser muy corto para que tres cerdos asquerosos se te vacilen de esa manera, allí, dejándote los pulmones, haciéndote soplar todo tipo de casas y sin olvidar que una cría comunista, un leñador homosexual y una vieja senil se te acaban zampando en una olla a presión.

En realidad los cuentos infantiles dan asco, es así, y a modo de resumen tendríamos...

Dos chuchos pulgosos comiendo espagetti.

Un niño vestido de verde completamente retrasado que se negaba a crecer.

Un pato asqueroso, que sí, que efectivamente era feo de cojones, que ni belleza interior ni hostias y que aunque su madre le dijera lo contrario, necesitaba urgentemente ir a un "cambio radical de aves" cagando leches.

Un viejo pederastra enfermo que construyó un muñeco de madera deseando que se convirtiera en niño de verdad, y no es de estrañar, ya que el puto degenerado no paraba de ir a urgencias a que le sacaran decenas de astillas del rabo.

Unos hermanos tontos (Hansel y Gretel) que por gulas, murieron diabéticos perdidos.

Un principe fetichista asqueroso que empezó a sobar los pies de todas las tias del pueblo hasta que se quedó con una.


También tendríamos en otro ámbito a un tal Wally, esos libros densos de pesada lectura de ese gilipollas claramente anoréxico, ridículo y gafapastas que seguramente lo podrías encontrar en cualquier festival rollo Summercase o Fib. Aunque en cualquier caso amigo Wally, que te busque tu puta madre.

http://usuarios.lycos.es/seb_p/p_hombres.htm


Bién, aunque realmente lo que estoy ansioso de comentar es mi amor por uno de los personajes infantiles más hijos de puta de la historia. Sí, aquí, tal vez tengáis que perdonar mi lenguaje, pues aunque no sea mi estilo, el soltar tacos, como ya sabréis queridos fans que entráis a menudo a este blog para leer mis múltiples actualizaciones diarias, tal vez se me escape alguna que otra palabrota como cabrón, hijo de perra, autoconstitucional o maricón de mierda. No creo que nadie sea capaz de hablar sobre este personaje sin dejarse llevar por la ira. Estoy hablando de: TEO!!!.

Sí, ese niño gordo, pelirojo, mofletudo, con unos padres aún más cabrones e hiperactivos que lo llevaban a mil sitios. Una famila horrible tradicional y puritana claramente militante de CIU con un hermano pequeño aún más feo que él. Da igual que lo llevaran al mercado, a esquiar, a pasear al perro o a un tanatorio, los cabrones de los padres jamás le cambiaron la ropa y por tiempo físico, ya que cada día iban a un sitio diferente, pues era imposible que la lavaran, así que era de imaginar y se podría confirmar que el niñato feo olía a mierda.

Mi odio por eso, no viene desde pequeño, en realidad descubrí a Teo con 24 años, cuando me regalaron el "Teo va a la granja" (más tarde iría a otro tipo de granja) y lo empezé a leer, pero lo dejé por la mitad porque no entendía el argumento. A los 27 lo volví a intentar con "Teo va a la piscina" confiando en que este tuviera un guión menos complejo y así poder acabarlo. Esta vez sí entendí la historia y no me perdí en ningún momento, pero me cabreé y me indigné mucho. Va de que Teo aprende a nadar y le enseña una monitora que esta buenísima. Hasta aquí bién, pero os podéis creer que Teo en ningún momento hace nada para tocarle las tetas? ni tan siquiera un supuesto roce casual, nada de nada, venga hombre!!! ¿Es este el valor moral y educativo que quieren inculcar los padres a sus hijos?

En fin, Teo, no nos gustas y seguiremos esperando tu último libro, el de "A Teo le hacen la autopsia".